miércoles, 14 de diciembre de 2011
LA FIESTA DEL CHIVO de Mario Vargas Llosa
Historia narrada en dos líneas temporales y bajo tres perspectivas, La Fiesta del Chivo supone un retrato de los últimos años de gobierno del dictador Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana.
En la actualidad, bajo la mirada de Urania Cabral, hija de un ex-senador del régimen, somos testigos de sus vivencias durante este período en forma de flash-backs.
Al mismo tiempo, en 1961 asistimos bajo dos puntos de vista distintos al último día de la vida de Trujillo, por un lado, el del propio dictador, y por otro, el de los conspiradores que acabaron con su vida.
Estamos ante una obra de ficción, pero es una ficción realista como pocas que podríamos englobar dentro del género de la novela histórica. Un impecable trabajo de Vargas Llosa, motivo más que suficiente para ese premio nobel, que ahora le parece a un servidor más que merecido.
No soy muy fanático de la novela hispanoamericana, de hecho, por lo general, me suele costar bastante lanzarme a leer a algún autor suramericano, no es por nada especial, simplemente es que siempre me ha costado más trabajo que otras corrientes literarias. Aun así, la ingente cantidad de críticas positivas que había oido acerca del trabajo de vargas Llosa, me hicieron tragarme mis prejuicios y probar a leer la novela, con resultados muy satisfactorios.
La obra supone un trabajo limpio, sin apenas errores y eso sí, muy meticuloso. En un lapso de tiempo de apenas dos días (en el tiempo de la obra) recorremos todos los aspectos de La Era de Trujillo, aquel período dictatorial que sufrió la República Dominicana. Además, los distintos puntos de vista, sirven de manera inteligente a este cometido, dándonos cada uno de ellos una visión distinta de este tiempo.
Desde el punto de vista de Urania Cabral, conocemos el punto de vista de los nacidos bajo el régimen del dictador, y tambien de los que vivieron fuera del país durante este, una historia menos trágica que otras, pero que no implica que sus protagonistas no sean víctimas, personas obligadas a servir ciegamente al régimen, a mostrar respeto al Generalísimo desde la infancia, privadas de la libertad inherente a cualquier ser humano desde el nacimiento.
Por otro lado, desde el punto de vista de los conspiradores, vemos a las víctimas físicas del régimen, asesinados, torturados, encarcelados, personas una vez más reprimidas, sin derechos de ningún tipo... y que sin embargo, son capaces de decir ¡Basta!, alzarse contra el opresor y obrar una conjura, aunque para ello deban matar a algún que otro ser humano. Como dijo Maquiavelo, "El fin justifica los medios".
Finalmente, tenemos un punto de vista único, nunca antes visto, el del dictador, el hombre que rige los destinos de tantas y tantas personas, un hombre implacable, creyente en que únicamente hace lo mejor para su pueblo, y a la vez, cometiendo y encubriendo crímenes por doquier, convirtiéndose poco a poco en un ser maligno. Esa es la visión que el lector tiene de Trujillo al terminar la novela.
Los distintos puntos de vista, acarrean también que existan una gran cantidad de personajes, lo que en este caso, disminuye el carisma de muchos ellos, colocándolos al mismo nivel. Así pues, al margen de Trujillo (al que como pilar central de la novela se le da una importancia capital) tenemos a otros personajes de igual o similar carisma, como Antonio Imbert, jefe de la conjura contra Trujillo; Salvador Estrella Sadhalá "El Turco", uno de los conjurados, que tras la muerte de Trujillo vivirá un auténtico calvario; Agustín Cabral, padre de Urania y ex-presidente del Senado durante la Era de Trujillo a quién, al ganarse la desaprovación de este, comenzará a venírsele el mundo encima; y por supuesto, Balaguer, el Presidente "Títere" de la República Dominicana durante el gobierno de Trujillo, el auténtico líder en todo momento de la situación, un personaje que pasa inadvertido durante casi toda la trama, pero que al final se muestra como un hombre inteligente, poderoso y muy, muy hábil. Sin duda alguna, para mí, el mejor personaje de la novela.
En resumen, una novela que representa ante todo, una crónica, al parecer, exacta y precisa de los últimas días de Trujillo, en la que aparecen una gran cantidad de personajes, por lo general, no muy descatables, acompañando a otros míticos como Balaguer o el propio Trujillo. Una novela que, sinceramente, me ha reconciliado temporalmente con la novela hispanoamericana. Esperemos que esto dure.
RECOMENDADO A aquellos amantes de la literatura hispanoamericana y a aquellos que no también, quienes al igual que un servidor, podrán sentirse al menos temporalmente reconciliados con esta corriente literaria.
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