domingo, 25 de septiembre de 2011

DUNE de Frank Herbert



En un universo del futuro...
Tras el Jihad Butleriano, una cruzaa contra los robots, ordenadores y demás máquinas imitadoras de la conciencia humana, la sociedad humana ha sufrido un cambio drástico... La política y la economía del recién formado Imperio se sustenta repartida entre la CHOAM, multinacional encargada de dirigir los detalles económicos de este, La Cofradía, monopolio de los viajes espaciales y la escuela Bene Gesserit, una sociedad semi religiosa encargada de asegurar las líneas genéticas de la humanidad, así como de entrenar a las mujeres humanas para aprovechar la totalidad de sus capacidades físicas y psíquicas.
El dominio de los distintos planetas del universo se encuentra repartido entre las Grandes Casas Nobiliarias.
Así, cuando el duque Leto Atreides recibe, por orden imperial el feudo de Arrakis, un inhóspito planeta desértico poblado por gigantescos gusanos de arena y único lugar del universo en donde se produce la melange, la especia de especias, una de las sustancias más caras del universo; no hace sino iniciar la cuenta atrás para el enfrentamiento final contra sus enémigos acérrimos, la Casa Harkonen.
En medio de esta situación, surgirá la figura de Paul Atreides, hijo del Duque y de Dama Jessica, una miembra de las Bene Gesserit. El joven pronto demostrará a todos que es más de lo que a primera vista parece, y que, bajo la apariencia de un joven humano se encuentra algo más, alguien que, para los Fremen, la población nativa de Arrakis, no es si no el Lisan Al-Gaib, el Mesías, aquel que hará de Arrakis un lugar paradisíaco y cambiará todo cuanto se conoce del universo.

Que sería de la literatura sin aquellos autores que aportan algo de originalidad, de novedad, a este, nuestra gran cultura literaria, que ya prácticamente ha tocado toda clase de temas...y en la cual, sin embargo, aparecen de vez en cuando creaciones como Dune, que añaden un pedacito más, totalmente distinto a todo lo anteriormente visto, a esta.
Si crear un mundo tipo "Tierra Media" (algo así como un continente, para que nos entendamos) tiene ya mérito, ya que el autor se tiene que inventar toda una geografía, población (en ocasiones compuesta por varias etnias) y sus costumbres; inventar un universo entero, por tanto, eleva la capacidad creativa a cotas estratosféricas.
Así pues, en Dune el autor nos hace constar de la existencia de un universo, al parecer, enorme y colonizado prácticamente del todo por el ser humano. La acción de la novela nos sitúa en Arrakis, un planeta desértico, un escenario difícil para la vida, y sin embargo, uno de los pilares centrales de este universo. La importancia de Arrakis radica en la melange, especia codiciada por todos, cuyo control es motivo de disputas entre las Grandes Casas Nobiliarias, hecho que resulta el detonante de toda la historia de Dune.
Y esta historia no es, ni más ni menos, que la recreación de la vida de una persona, Paul Atreides, heredero del feudo de Arrakis, y personaje con unas habilidades, digamos, peculiares. Un ser humano diferente para algunos, un mesías para otros, el caso es que su trayectoria vital sirve de guía para trazar toda la trama de la novela.
Si bien los personajes no son nada del otro mundo, el contexto, todo lo que rodea a estos personajes si que es digno de alabanza, especialmente en tres aspectos.
El primero, es la concepción de la organización económica y política de este universo, controlado por un "trípode" administrativo, en palabras del autor. Esta tríada se encuentra conformada por un lado, por la Cofradía, encargada de monopolizar los viajes espaciales, y que, en el fondo esconden más de lo que muestran; por otro, por la CHOAM, principal órgano económico del universo, y finalmente, por la Bene Gesserit.
Esta última pieza del trípode enlaza con el segundo aspecto reseñable, la concepcion del ser humano. La Bene Gesserit es una asociación de mujeres que tienen como fin principal el entrenamiento físico y psíquico de todas aquellas pertenecientes a esta, con el fin de extraer la totalidad de las capacidades del ser humano, así como de asegurar que estas capacidades se mantienen a lo largo del tiempo, asegurando las líneas genéticas. Así pues, la raza humana es, en el universo de Dune , una especie controlada totalmente, hasta tal punto de que la concepción puede ser "programada" según convenga o no.
Finalmente, el broche de oro es todo los detalles que Frank Herbert introduce en el escenario de Arrakis, tanto correspondientes a los Fremen, en especial su cultura y religión, como a los, llamemoslo así, "detalles tecnológicos" (todas las herramientas utilizadas por los Fremen para conservar la humedad, por ejemplo, resultan tener cierta precisión científica francamente de admirar) , y sobre todo, todo lo relativo a la especia y los gusanos de arena, detalles que no ofreceré para no introducir spoilers, y que constituyen la prueba definitiva de la capacidad creativa del autor.

No he pretendido alargarme demasiado con esta reseña que, sin duda, podría haber ocupado muchísimo más, ya que tenemos entre manos una novela de la que se puede conversar durante horas.
Así, pues, en resumen, tenemos una novela muy original, rápida de leer y de esas que, una vez las terminas, te obligan a detenerte un rato para asimilar todo lo leído. Un ejemplo de esos productos que aparecen de vez en cuando para demostrar que aún existen, en el gran mundo de la literatura, aspectos que, en el día de hoy, aún no han sido tratados por nadie.

RECOMENDADO a todos aquellos con ganas de leer ciencia ficción, y dentro de estos, a aquellos que quieran algo fuera de lo común dentro del género. Igualmente los no adeptos a este género, así como los que no tengan una visión definida sobre este, probablemente encontrarán en Dune una lectura muy amena, original y, en verdad, muy buena.

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